jueves, 19 de abril de 2012

La felicidad es esto...o se le parece mucho



Una pila de libros... y tiempo para disfrutarlos! En eso consiste, en gran parte, la felicidad.

Y para los que vivimos con la casa a cuestas como los caracoles, las bibliotecas son la solución perfecta. El Sancta Sanctorum del saber, el Avalon de los sabrosos frutos, el Paraíso del lector impenitente...



Para mí, las bibliotecas tienen algo de mágico. Allí el tiempo se detiene, todas las épocas coexisten, mezclando pasado, presente y futuro en perfecta orgía anacrónica... ¡y el olor! Sólo los libros antiguos huelen mejor que los libros nuevos.

Por si fuera poco, también están los tesoros arqueológicos. Esos fragmentos de otras vidas que a veces encuentras entre las hojas de algún libro: entradas de cine, flyers, billetes de autobús, tickets de la compra...

Decía el anuncio de Mastercard que hay cosas en la vida que no tienen precio, por eso permitidme que, por encima de cualquier tarjeta de crédito, prefiera mi carnet de la biblioteca.