jueves, 19 de abril de 2012

La felicidad es esto...o se le parece mucho



Una pila de libros... y tiempo para disfrutarlos! En eso consiste, en gran parte, la felicidad.

Y para los que vivimos con la casa a cuestas como los caracoles, las bibliotecas son la solución perfecta. El Sancta Sanctorum del saber, el Avalon de los sabrosos frutos, el Paraíso del lector impenitente...



Para mí, las bibliotecas tienen algo de mágico. Allí el tiempo se detiene, todas las épocas coexisten, mezclando pasado, presente y futuro en perfecta orgía anacrónica... ¡y el olor! Sólo los libros antiguos huelen mejor que los libros nuevos.

Por si fuera poco, también están los tesoros arqueológicos. Esos fragmentos de otras vidas que a veces encuentras entre las hojas de algún libro: entradas de cine, flyers, billetes de autobús, tickets de la compra...

Decía el anuncio de Mastercard que hay cosas en la vida que no tienen precio, por eso permitidme que, por encima de cualquier tarjeta de crédito, prefiera mi carnet de la biblioteca.

martes, 31 de enero de 2012

Bailando en secreto



Bajo un atardecer de verano la ropa baila en secreto al ritmo de una música que sólo ella escucha. Yo la espío desde aquí, sabiendo que no se atrevería a tanto si cubriese el cuerpo de su dueña.

...¡Ay si mi vecina supiera lo divertida que es su ropa cuando ella no está!. El viento lo sabe, y ahora yo también. Tal vez, algún día, ella también lo descubra...